Pablito – El Nombre de Jesús
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GRATITUD POR LA VIDA
Mamá celebra la sanidad de su hija diagnosticada con leucemia
Carlos Fernandes
Para la mamá de una adolescente, pocas situaciones pueden ser tan devastadoras como el diagnóstico de una enfermedad mortal como el cáncer. Cuando Danatielle Aparecida Nunes de Oliveira, de 16 años, acudió al dermatólogo para un simple tratamiento del acné, un análisis de sangre mostró un cambio en el recuento de plaquetas, partículas que permiten la coagulación y, en tasas muy bajas, pueden ser indicio de una serie de enfermedades. “La sospecha era leucemia”, recuerda el ama de casa Sande Oliveira Ramos, de 41 años. “La recomendación fue que buscáramos urgentemente un especialista en Hematología.”
Se empezó a hacer el tratamiento, pero los resultados fueron desalentadores. “Todos los días, mi hija hacía análisis que mostraban un empeoramiento en la enfermedad. Así que empezaron a aparecer manchas en su cuerpo”. Estas alteraciones de la piel son indicadores del disturbio y surgen de la dificultad en la coagulación por falta de plaquetas. La única salida de la familia era confiar en Dios. Sande conocía el poder divino a través de los testimonios de las acciones sobrenaturales del Señor en la vida de miles de personas en la Iglesia de la Gracia y en las reuniones de este ministerio en la ciudad donde vive. “Mi mamá y yo íbamos asiduamente a la iglesia y veíamos los programas del Dr. Soares”, declara el ama de casa.
Hubo idas y venidas al hospital seguidas de análisis. En uno de ellos, el índice de plaquetas alcanzó apenas siete mil, lo que representa un alto riesgo de hemorragia interna. Se estableció que se intentaría un trasplante de médula ósea. La familia recurrió a propósitos de oración en la IIGD, como la del agua consagrada. “Le dimos a beber el líquido a Danatielle y lavamos el lugar donde se extraería la sangre. Tenía mucha fe en la sanidad de mi hija”. Los miembros de la familia y la Iglesia no renunciaron a la intercesión. En el siguiente análise, la tasa aumentó a 18 mil y el recuento se normalizó. “El día de la consulta, el médico dijo que la médula ósea de Danatielle estaba limpia. “¡Así que comencé a llorar y a agradecer al Padre! Me conmovió lo que Dios hizo por mi niña”.
Tomando nota del caso, otro médico manifestó que si no veía las pruebas, no creería que la adolescente tuviera alguna anomalía. “Las plaquetas ya estaban en más de 290 mil, perfectamente normales”, dice Sande. Hoy, mamá e hija son testigos de la acción sobrenatural del Señor, mostrando los análisis realizados durante la crisis: “¡Estamos agradecidas a Dios!”, declaran.