Desde Madagascar, Ursulah Kelly Harena habla de cómo Cristo transformó su vida y la de su familia. En mayo de este año le pasó algo malo. “Mi esposo me abandonó y estaba muy triste y deprimida”, recuerda. Al verse sola y con un niño pequeño, comenzó a cuestionar incluso la existencia de Dios. “Fue entonces cuando encontré todo lo que necesitaba en la página web del Dr. Soares”. Con el apoyo del equipo de las redes sociales, Ursulah empezó a conocer la Palabra del Señor y Sus promesas. “Dios me mostró Su luz y aprendí a luchar contra el mal”. El siguiente paso fue buscar la restauración de su hogar. “Los hermanos me dijeron que yo sería testigo de la acción de Dios en mi vida”. No pasó mucho tiempo, su esposo regresó a casa y pidió perdón por lo que había hecho. “Me dijo que no podía vivir sin su ‘guerrera de la fe’”, bromea. Hoy, Ursulah afirma que su vida ha sido restaurada. “Dios nos ha dado un nuevo hogar”, dice.
COSTA RICA
La fe que viene por el oír
Cuando tenía diez años, Juan Carlos Urcuyo sufrió un accidente con explosivos que lo dejó parcialmente sordo. “Perdí la audición en un oído”, dice. Desde hace un tiempo, el joven costarricense ve la programación virtual de la Iglesia de la Gracia, disponible en más de 20 idiomas, incluido el español. La fe llenó el corazón de Juan Carlos. “Cuando oré con el Dr. Soares, sentí un calor en mi oído y la sordera desapareció”. Ahora, el joven escucha perfectamente. «Con alegría puedo decir que Cristo me sanó».