Test – 22
Editorial – 24
LA HISTORIA DE UN SUPERVIVIENTE DEL COVID-19 EN MANAUS
Él vio personas muriendo sin oxígeno dentro de un hospital
O’hara Santos
El colapso sanitario en Manaus, Amazonas, provocó un drama en la vida de Charles Rodrigues, de 46 años, y en la vida de miles de personas que dieron positivo por el nuevo coronavirus, sufriendo severas consecuencias de la pandemia en el estado.
Charles presenció hospitales abarrotados, profesionales de la salud exhaustos, falta de cilindros de oxígeno e innumerables muertes. “El 3 de enero de este año comencé a sentir dolor de garganta, tenía fiebre, cansancio y dolor en el cuerpo. Tomé medidas preventivas, pero el problema solo empeoraba. Sentía mucha falta de aire y perdí peso”, recuerda.
Lo llevaron al hospital de emergencia más grande de Amazonas, pero no pudo permanecer hospitalizado allí. “Solo se realizó una tomografía, atestiguando el 50% del pulmón afectado. Aun así, los médicos me enviaron a casa por falta de cama”, dice.
La familia buscó atención en otro hospital y finalmente consiguió un lugar para comenzar el tratamiento. Sin embargo, días después, hubo escasez de oxígeno. “Aquel que da la respiración me sostuvo, porque, ante la situación caótica, mi saturación se mantuvo entre el 89% y el 92%”.
Charles estaba muy preocupado por el caos en la salud y por ver 11 muertes en la sala donde fue hospitalizado. “Ese día, el Espíritu Santo me recordó un mensaje del Dr. Soares basado en Juan 17:15: No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. Esa fue mi oración. Luego le pregunté a la médica si era posible completar el tratamiento en casa”, recuerda.
Su pedido fue aceptado y Charles continuó tomando los seis tipos de antibióticos, además del suero, durante cinco días consecutivos en su residencia. Con seis kilos a menos, volvió a comer y tuvo que someterse a fisioterapia para que su pulmón se normalizara. “Los bronquios se habían cerrado”.
Recuperado de esta enfermedad, Charles Rodrigues, que es pastor de la Iglesia de la Gracia, vuelve a predicar y agradece a Dios su liberación. “Alabo al Señor, porque tuvo misericordia de mí. También agradezco al líder estatal de la IIGD en Amazonas, pastor Sadam, y a su esposa, Ívina Lima, a los amigos del ministerio que intercedieron por mí y mi familia, fundamental en todo el proceso de rehabilitación”.
Con el corazón alegre
La esposa Neuda Rodrigues recuerda los momentos de angustia. “La noticia no fue la mejor, la situación de mi esposo fue grave y pocos salieron vivos de ese hospital”.
Sin embargo, puso su fe en el Creador. “En los días más difíciles, me aferré a Juan 11:4: Jesús, al oírlo, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.Todo contribuye al bien de los que aman al Señor”.
Emocionada, Neuda destaca el apoyo de familiares y quienes intercedieron por su esposo. “Dios usó poderosamente al pastor Sadam y a su esposa, quienes comenzaron un propósito de oración por las víctimas del covid-19. El Señor marcó la diferencia y hoy mi corazón se alegra”.