Misiones Globales – Afganistán
Asia
FUEGO DEL SEÑOR
Afectada por un bulto en el cuello y por el covid-19, Ana Cláudia buscó la sanidad en Dios
Por sus conocimientos en el campo de la salud, la auxiliar de enfermería Ana Cláudia Portes se preocupó al identificar un bulto en su cuello. “La incomodidad comenzó con una punzada en el oído izquierdo, especialmente cuando ingería comida o agua”, recuerda. “Después de unos días, apareció el bulto. Inmediatamente acudió a una Clínica, pero le informaron que la unidad solo trataba casos de infección por el nuevo coronavirus. «Regresé a casa sin ninguna solución».
Con el paso del tiempo su condición fue empeorando, el dolor se extendió por la zona afectada y Ana Cláudia ya no podía peinarse sin sentir esta molestia: “Estaba hinchado, algo realmente horrible”. Miembro de la Iglesia de la Gracia durante diez años, hizo lo que las Sagradas Escrituras prometen a los que creen: buscó la sanidad divina. “Durante unos 20 días, apliqué el aceite ungido que recibí en la Iglesia, recitando siempre el texto de Isaías 53”, dice la auxiliar de enfermería, refiriéndose al pasaje en el que el Señor asegura que cargó sobre Sí todas las enfermedades. En poco tiempo, el bulto se rompió. «Para el honor y la gloria del Señor», como insiste en decir.
Más recientemente, en noviembre pasado, Ana identificó síntomas de covid-19 en su cuerpo. “Sentía mucho dolor de espalda y presión en la cabeza”, describe. Poco a poco le empezaron a doler las articulaciones y notó secreciones en los pulmones, así como las primeras dificultades respiratorias. «Sabía lo agresivo que es este virus». Nuevamente, recurrió a la oración. «Dios me va a sanar», declaró. Tan pronto como aparecieron de repente, los síntomas desaparecieron: «El Señor quemó ese mal», cree.