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FIRMES EN LA FE
En estos días de tanta perplejidad, cuando la pandemia asola el mundo, llevando a miles de personas a la muerte, necesitamos estar firmes en la fe en Cristo, sin nunca desanimar. Nuestra batalla no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes (Efesios 6:12). Tenemos la ayuda del Altísimo garantizada. ¡Únase a nosotros!
La violencia se ha esparcido por todos lados, los casos de corrupción no se detienen, y los perdidos ya no saben qué hacer. Solamente utilizando el poder de Dios, las personas se concientizarán de que hay esperanza y solución en el Señor. Por eso, debemos mantenernos puros e intactos, y jamás prendernos a las ofrendas de Satanás, que, desesperado, busca quitarnos de Jesús, nuestra meta. ¡Únase a nosotros!
Somos el sal de la tierra y la luz del mundo, conforme el Señor Jesús dijo (Mateo 5:13, 14). Sin embargo, si la sal se desvanece, ¿cómo los que no son salvos serán salados? Si la luz cede a las tinieblas, ¿cómo los impíos serán rescatados? Nuestra responsabilidad es muy grande, no podemos suavizar y dejar la Verdad a un lado, uniéndose a aquellos que no temen el juicio que vendrá. ¡Únase a nosotros!
Jesús nos dio el ejemplo de cómo proceder ante cualquier situación, sin dejar que la mala palabra saliera de Su boca. El Maestro reprendía con autoridad, confortaba con amor y actuaba bajo la dirección del Padre. Cristo nunca cayó en las trampas del enemigo, pero, firme y dispuesto, habló del amor de Dios a todos. En Él, usted nunca se decepcionará.¡Únase a nosotros!
Prepárese para presentarse a Dios aprobado como obrero, que no tiene de qué avergonzarse y que usa la Espada del Espíritu, la Santa Palabra, con sabiduría y precisión (2 Timoteo 2:15). No impida que el Señor haga de usted una réplica de Él mismo. Con Jesús, usted siempre avanzará sin tropezar en ninguna piedra. Deje que el Espírito lo conduzca, asumiendo su lugar en Él. ¡Únase a nosotros!
Debemos imitar el ejemplo del Maestro. De esa manera, todos verán que Él está en nosotros, y nosotros en Él. Por lo tanto, no se una al diablo ni a los insensatos. Créalo y viva la fe en el Altísimo del mismo modo que Él vivió entre nosotros. No se olvide de consagrarse al Señor, pues, seguramente, el diablo lo tentará a hacer lo que Él nunca hizo. La verdad, Jesús mandó que usted Lo imitara. ¡Únase a nosotros!
Aun habiendo caído en transgresión, arrepiéntase y confiese todo al Padre. Así, sus pecados serán perdonados, y usted será limpio de toda maldad que lo ensució de modo cruel y horrible. En el Salvador, hay mucho más de lo que necesita. No obstante, para recibir las promesas divinas, tenga fe, porque, sin ella, nadie agradará a Dios (Hebreos 11:6) ni abrirá el camino para Sus actuaciones. ¡Amén! ¡Únase a nosotros!
En Cristo, con amor,
Dr. Soares